Cuando pensamos en Corea del sur seguramente se nos viene a la mente el auge de la Ola Coreana, su avanzada tecnología, el contraste de sus casas tradicionales con los altos y modernos edificios, pero sobre todo, el gran crecimiento económico que la ha llevado a ubicarse en el puesto 11 de las mas grandes economías a nivel mundial. Pero «el milagro del río Han», como fue catalogada el rápido desarrollo económico que tuvo el país en la década de los 90’s, parece haber traído de la mano una maldición que quiere acabar con la felicidad de los sur coreanos.
La sociedad del “pali, pali” o “deprisa, deprisa” en español, se encargó de cambiar poderosamente el nivel de pobreza de la posguerra como pocas veces se había visto en la historia de la humanidad. El gobierno sur coreano, planteó diferentes estrategias para el desarrollo económico, como es el paso de una economía basada principalmente en agricultura, a una centrada en el desarrollo industrial. Pero hoy queremos analizar algunas consecuencias que este rápido tren del desarrollo ha dejado, tomando como ejemplo dos de las estrategias que utilizaron para salir de la crisis.
Pobreza en la tercera edad
Tras la guerra que dividió la península coreana en dos, la población demostró un gran crecimiento hasta la década del setenta, es por esto, que una de las medidas que tomó el gobierno, fue la de controlar su demografía, ya que establecieron que limitaba el crecimiento económico.
Hoy día, según el Ministerio de Salud, la media estimada de hijos por surcoreano es de 1,19 y más de un 12% de los ciudadanos sobrepasa los 65 años, convirtiendo al país en uno de los más envejecidos del mundo. Las pensiones son mínimas ya que muchos no alcanzaron a trabajar en las grandes compañías, creando una gran taza de pobreza entre los ancianos sur coreanos.
Según la tradición, los padres invertían todo su dinero en la educación de sus hijos y cuando estos se hacían mayores, retribuían la inversión, cuidado y manteniendo a sus padres, pero tras el paso del tiempo, estas tradiciones han ido cambiando y muchos sur coreanos llegan a la tercera edad sin descendencia que los sostengan. Este fenómeno se manifiesta en las encuestas bianuales del departamento de estadísticas del Gobierno de Corea del Sur “en 2008, el 52,9% cuidaba de sus padres, y en 2014, el 49,5%. Además, cada vez son menos los que piensan que los jóvenes deben hacerse cargo de los ancianos (lo pensaba el 40,7% en 2008, mientras que en 2014 solo el 31,7%)”
Muchos de estos ancianos incluso mueren solos, sin familiares que organicen un funeral y les rinda homenaje, que según la cultura del país es crucial para la entrada del difunto al próximo mundo. Los muertos sin familia eran casi 700 en 2011, mientras que en 2014 ya sobrepasaban los 1.000, según estadísticas del Ministerio de Salud y Bienestar. Para aquellos que no tienen familiares, el gobierno creó lo que la ley nombra como “eliminación del cadáver” donde no se realiza ninguna ceremonia.
Estudias o eres feliz
Cuando se investigan estrategias que llevaron al “milagro”, economistas y dirigentes de diversas corrientes políticas concuerdan en que el aumento en la inversión educativa para fortalecer el capital humano, es una de las medidas que llevaron el éxito al país. El gobierno invierte 7% de su PIB en educación. La enseñanza es gratuita y obligatoria desde los 7 a los 15 años.
La excelencia de la educación de Corea del Sur se refleja en las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), siendo uno de los países asiáticos que encabeza estas listas. Pero la educación no es solo notas, por lo que Corea ha sido criticada por su estricto sistema que lleva a los estudiantes a encabezar las listas de infelicidad a nivel mundial.
Los jóvenes, toman incluso clases extras que los llevan a estudiar por más de 11 horas seguidas, dejándoles con poco tiempo para descansar y casi sin posibilidades de tener vida social. La creencia de que, si no eres exitoso en la escuela, tampoco lo serás en la vida, los llena de estrés y ejerce una gran presión sobre ellos, llevando a Corea a tener la tasa de suicidios más alta entre personas de 10 a 30 años, de entre todos los países desarrollados. Según el Instituto de Políticas para la Juventud, uno de cada cuatro estudiantes surcoreanos se ha planteado el suicidio al menos una vez.
¿Pero para qué tanto estudio? Los estudiantes necesitan no solo aprobar el Suneung, el examen de acceso a la universidad, si no que además, deben conseguir un puntaje suficientemente alto, como para entrar a una de las tres SKY, como son conocidas por sus siglas en ingles la Universidad de Seúl, Universidad de Corea y Universidad de Yonsei. Si no lo haces, será imposible acceder a las grandes empresas multinacionales que hay en el país, como es el caso de Samsung o Lotte. Con esto en mente, en promedio cada estudiante dedica una media de 13 horas diarias al estudio y pasa cerca de 220 días en la escuela.
Corea del Sur, es sin duda un país ejemplar, que ha sabido resguardar varias de sus tradiciones mientras avanza a pasos de gigantes. Su cultura ha llegado a enamorar a miles de seguidores de la “Ola Coreana” y su política económica ha sido ejemplo mundial. Debemos reflexionar sobre los nuevos retos que tiene la sociedad del “pali, pali” que por ir tan deprisa, ha tenido que adaptarse en muy poco tiempo a grandes cambios, creando un fuerte choque en la población, que vive infeliz y muere sola.
Kevelyn Ravelo Sarabia
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