A principios de semana se habló en este blog sobre cómo Corea del Sur se ganó luego de muchos años y gracias a su reciente boom de consumismo y diseñadores jóvenes, el título del “epicentro de la moda en Asia”. Contrario al artículo anterior, esta vez abordaremos el lado feo de la moda en Corea del Sur, donde la falsificación es tan grande que marcas reconocidas como Supreme, Stüssy y Champion no se atreven a abrir una sucursal en la capital Seúl, la quinta más rica del mundo.
Probablemente han visto como muchos en la industria del entretenimiento están llenos de pies a cabeza de ropa y accesorios lujosos, desde Gucci hasta Saint Laurent, actores y idols se dan la mano mostrando el buen ojo de sus estilistas en diferentes eventos nacionales, internacionales y hasta en el mismo aeropuerto. Esto, nos haría creer a muchos de que Seúl provee a estas estrellas como lo hacen las diferentes marcas en Nueva York, París y Londres, pero, sorprendentemente no es así.
El mercado de la falsificación en Corea del Sur es inesperadamente grande, con mercancía proveniente de su vecina China y otra gran parte producida en el país mismo, en las calles de Seúl puedes encontrar lo último en las colecciones de Supreme y Champion, incluyendo colaboraciones de estas marcas con otros artistas como Justin Bieber. El mercado de la falsificación es tan extenso que los mismos jóvenes diseñadores en la Seoul Fashion Week, participan con prendas sospechosamente parecidas a muchas marcas europeas.
Entre los jóvenes surcoreanos la moda toma un gran protagonismo, con grandes influencias como son los dramas de televisión y los idols, los estudiantes de secundaria y universitarios se ven bastante influenciados por la ropa que muchos de estos patrocinan, comprando en supermercados atuendos parecidos y volviéndolos así un patrón común entre esta comunidad, quienes acogen los tapabocas desechables como una herramienta para verse bien y las faldas cortas con tejido tipo tweed o franela como algo más que una prenda colegial.
Con una industria evaluada en 2.3 trillones para el 2022, con Corea del Sur y China siendo dos de los principales mercados en la falsificación de productos, no es nada raro ver como en el pequeño documental: Seoul: A Look Inside Korea’s Fake Fashion World, los jovenes fashionistas no saben de dónde provienen sus marcas o por qué para conseguir un Supreme original debe traerse de Japón, lo que hace que su valor pueda ser triplicado. El mercado de la falsificación es inmenso y ni siquiera los artistas se escapan de este, usando prendas falsas sin saberlo, es en parte entendible la reutilización de prendas costosas entre los diferentes artistas de una misma compañía, aun cuando hay algunas donde marcas prestigiosas tiene incluso acciones en éstas.
Con grandes de la industria del entretenimiento coreano teniendo sus propias marcas de ropa y yendo a diferentes desfiles de moda alrededor del mundo, puede existir la posibilidad de que las más reconocidas marcas del mundo de la moda de hoy vean con mejores ojos a Seúl, la capital, que en los últimos años ha ganado un título preciado en el mundo de las pasarelas, con cada día más diseñadores que prometen estar a un nivel internacional. Corea del Sur promete ser como China, que a pesar de su también gran industria de prendas falsificadas, actualmente cuenta con un mercado creciente entre la clase media, donde ⅓ de todos los productos de lujo vendidos en el mundo terminan perteneciendo a esta parte del globo.
Heidi Morales Toro
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