A pesar de no ser muy aficionada a los dramas (ni a ninguna serie en general), de vez en cuando me topo con alguno que llama mi atención y termino pegada al pc sin poder dejar de verlo, como fue el caso de: My ID is Gangnam Beauty. Antes de comenzar a hablar del drama debo decir que: las actuaciones dejan mucho que desear, la trama es cliché y predecible, el Ost no es nada del otro mundo, pero ¿por qué me enganchó tanto? Porque está llena de temáticas sobre la realidad de la cultura sur coreana que pocas veces podemos ver retratadas de formas tan claras en un drama: obsesión por el físico, cirugías plásticas, problemas alimenticios, violencia intrafamiliar y hasta Molka.
Este drama estuvo en emisión desde el 27 de julio al 15 de septiembre de 2018, y es una adaptación del popular webtoon que lleva el mismo título. La protagonista es Kang Mi Rae (Im Soo Hyang) quien desde pequeña sufrió de bullying por su aspecto físico, por lo que decide antes de entrar a la universidad someterse a distintas cirugías plásticas pensando que con esto se libraría de cualquier inseguridad, sin embargo, esto no sucede ya que el apodo Gangnam Beauty la persigue a todas partes.
Ahora, Si eres seguidor de Hallyu sin duda has notado la obsesión que tienen los surcoreanos con su físico, esto ha llevado a que Corea sea la capital de la cirugía plástica en Asía. Sin embargo, debemos aclarar que esta obsesión no obedece exclusivamente a un tema de vanidad, si no de estatus y oportunidades. Encontrar trabajo, pareja, entrar a discotecas de moda, obtener un lugar en la industria del entretenimiento, y muchas oportunidades más, dependen no solo de tu preparación académica, si no a demás, de que tan bien luces.
Las cirugías en el rostro son con mucha diferencia las que más demanda tienen. La mayoría de las clínicas con renombre se encuentran ubicadas en el exclusivo sector de Gangnam en Seúl, de allí viene el apodo de “Gangnam Beauty”, una belleza hecha con bisturí, en el popular distrito. Es un apodo despectivo que se encarga de recalcar que la presión sobre tu físico continua, incluso luego de tu operación.
Regresado al drama la antagonista es Hyun Soo Ah (Jo Woo Ri), desde niña su belleza natural la hizo obtener el aprecio y admiración de quienes la rodeaban, obteniendo fácilmente pretendientes, amigos y empleos. Sin embargo, ella no es exenta a la presión de los estereotipos de belleza, ya que para acompañar su rostro, se obliga a mostrarse siempre sumisa, gentil y humilde, para así ganarse la aprobación de todos. A medida que avanza el drama vemos que además Soo Ah sufre de bulimia, forzándose a vomitar luego de cada comida para mantener su peso “ideal” que como anteriormente lo planteamos en el artículo de “¡Una idol gorda!: Hablemos de kilos”, esta cifra tiende a estar muy por debajo del peso saludable que proponen los especialistas.
Ahora bien, hablemos del protagonista masculino. La verdad fue la actuación que menos me gustó, pero al igual que los personajes del drama, me dejé atrapar por la belleza de Cha Eun Woo (miembro de ASTRO) quien interpreta a Do Kyung Seok y mientras su cara era enfocada en mi primer plano, me olvidaba rápidamente de la falta de credibilidad de sus líneas. Hablando seriamente, su personaje es el típico hombre frío, pero de buen corazón, con problemas familiares, pero con mucho dinero, quién en el pasado conoció a la protagonista y gustó de ella incluso cuando era llamada fea ¿ven a lo que me refiero cuando digo que está lleno de clichés? El padre de Kyung Seok es un político que aspira a la alcaldía de uno de los distritos de Seúl; para lograr su propósito se le ve afanado fingiendo tener una familia perfecta, presumiendo a su hijo atractivo e inteligente y hasta visitando a templos de distintas religiones proclamando su fe absoluta a cada una de ellas.
La madre de Kyung Seok por su parte, es una afamada empresaria de perfumes y aunque al inicio del drama está ausente, llega para poner en evidencia su pasado lleno de maltratos psicológico y físico, al lado del padre del protagonista. En esta línea del drama, se cuenta los problemas familiares a los que se enfrentó la madre de Kyung Seok por querer triunfar en los negocios luego de estar casada, su esposo insistía en que se quedara en casa cuidando a los hijos, situación que culmina con el divorcio luego de que este la golpea gravemente dañando su sentido del olfato.
Finalizando el drama se muestra otra gran problemática social, cuando la antagonista se convierte en víctima de Molka, como se conoce a la práctica de colocar cámaras espías en lugares públicos para espiar principalmente a mujeres y luego publicarlas en la web. Soo Ah es fotografiada en distintas ocasiones mientras lleva faldas o vestidos y sus fotos pasan a ser compartidas en distintas salas de chat. Como lo expuse en el artículo “Mi vida no es tu porno: Pornografía espía en Corea del Sur”, las víctimas de este tipo de abuso, tienden a enfrentarse a distintos miedos, ya que son re victimizadas cuando se les culpa, por sus vestuarios e incluso por llamar la atención. Soo Ah se siente tan avergonzada y temerosa a ser juzgada que se rehúsa a denunciar, como sucede en un gran porcentaje de casos, entre las víctimas.
Si eres aficionado a los dramas, seguro puedes tener en mente series con mejores argumentos que muestren de forma efectiva las problemáticas aquí planteadas, pero si al igual que yo no eres una experta y te gustan los dramas clichés (me declaro culpable) esta es una excelente opción para pasar tu tiempo libre. Mi invitación es a que veamos más allá de la trama principal de los dramas y rescatemos la gran ventana social que son estas producciones, investiguemos y aprendamos para seguir conociendo más sobre Hallyu.
Kevelyn Ravelo Sarabia
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