Hace un tiempo les compartimos un artículo titulado «Los príncipes azules también destiñen» en el cual se exponía un poco -o mucho- el entorno machista en el que se desenvuelven los dramas coreanos inspirados en su realidad. Los dramas tienen una serie de patrones que se repiten uno tras otro en cada producción, y entre ellos está el eje de nuestro artículo para hoy.
Son muchas las causas que llevan a un hombre o una mujer a obsesionarse con una persona o sencillamente olvidar el respeto a sí mismo convirtiéndose en almas a prueba de humillaciones. En muchas ocasiones hemos sido testigos de cómo un personaje de algún drama es rechazado, humillado o dejado por otra persona de la cual está enamorado y aunque pareciera que se va a rendir, en realidad se enamora más sin importar las cosas negativas.
Ser una chica pobre, una chaebol que no cuenta con el amor de su familia o alguien que por circunstancias de la vida se ha cerrado a los demás, son varios de los estereotipos protagónicos de los coreanos y en esta ocasión hablaremos de aquellos protagonistas (papeles segundarios no, ya que el 90% cumple con esa característica y no terminaríamos hoy) que no saben cuándo deben detenerse para evitar que su dignidad se esfume, llegando al punto de ser ofensivo.
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Oh Ha Ni – Playful Kiss
Debo confesar que este fue el segundo drama que vi en la vida y había decidido no terminarlo porque no me gustó, pero una amiga me insistió tanto verlo que al final lo hice por ella y ¿saben qué? ¡Lo odié!
¿Alguien sabe por qué un personaje como Oh Ha Ni siquiera existe?
En todos los capítulos que logré avanzar llegué a la conclusión que esta chica tenía un grave problema. Y sí, posiblemente lo que muchos tienen para decir de esto es que el protagonista la trataba muy mal –lo cual es cierto- pero tenemos que ser objetivos ¿hay alguna diferencia entre un acosador y Oh Ha Ni?, no era suficiente vivir en su casa, sino que lo seguía a todas partes, se apuntaba en las actividades de las que él fuera parte y no lo dejaba vivir, ¡lo estaba volviendo loco!, sin embargo, “su amor” la llevaba a soportar tanto desplante fuera posible porque ella en algún momento conseguiría estar con él. De entrada si el sujeto la trataba tan mal, ¿cómo podía estar enamorada?
Me sentí humillada cada vez que a esta mujer le ocurría algo y estaba lejos de sentirme identificada con sus decisiones y tampoco creo que alguien debería hacerlo. Oh Ha Ni es un personaje que hizo obvio ante mis ojos sus problemas de autoestima aunque nunca los tocaron. Un personaje que dejó claro su escases de amor propio y hasta el final fue así, ¿alguien recuerda que eligió la misma profesión de Seung Jo solo para estar juntos todo el tiempo?
¡POR DIOS!
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Eun Gi – The Innocent Man
“A mí no me importa lo que tú sientas por mí, sino lo que yo siento por ti”, que traducido al español es no importa si no me quieres, yo solo quiero estar contigo. Esta frase me marcó una y otra vez cada vez que la leí y escuché, una muestra de lo poco que Seo Eun Gi piensa en ella cuando se enfrenta a Kang Ma Ru. Este drama es uno de mis placeres culposos, amar tanto la historia siendo testigo de cómo la protagonista se rebaja en varias ocasiones ante un hombre que inicialmente no tiene buenas intenciones con ella, me hace sentir contrariada.
El carácter fuerte de la protagonista lo reducen a impulsivo. Inicialmente te muestran a una mujer que no le teme a nada y que se antepone ante cualquier cosa, tiene un objetivo claro y es consciente de cada detalle. Sin embargo ella se deja envolver fácilmente por un hombre, le dice te amo luego de un par de semanas y aunque descubre sus dañinos objetivos decide continuar porque a ella le gusta y a él le sirve estar con ella.
Dejando de lado todo el drama y el hecho que él se enamora de Eun Gi, la protagonista de nuestra historia fue humillada y sufrió desplantes por parte del principal, y aunque este tipo de cosas nos haría despertar, exigir respeto o como mínimo alejarnos de esa persona, a ella la llevó a enamorarse. Y aunque lo que ya he mencionado la hace merecer un lugar en esta lista, el hecho que ella decidiera acabar con su vida y la del protagonista cuando todo se viene abajo, le da cierto carácter obligatorio.
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Cheon Sonng Yi – My Love From The Stars
No estoy segura cuántas veces el extraterrestre rechazó a la terrícola y cuántas veces ella volvió a él. Fue inevitable gritarle a la pantalla ¡quiérete!, porque incluso cuando ella intentó darse su lugar él decidió estar con ella, convirtiendo la situación en lo siguiente: la rechaza la mitad de la serie y no cede nunca ante las peticiones de ella, pero cuando Song Yi decide cortar las cosas con Do Min Joon, entonces él quiere estar con ella. Y aunque creeríamos que luego de ser rechazada por tanto tiempo ella conseguiría ser fuerte al mantener su posición, lo acepta en el transcurso de un capítulo.
¿Alguien recuerda la escena luego que él rechaza sus sentimientos?, sí, esa donde bebe tanto alcohol como le es posible y le monta una escena en su casa, mientras llora indirectamente pidiéndole que esté con ella. O cuando insiste en acompañarlo a cualquier sitio para estar cerca de él ignorando –a propósito- el fastidio que el hombre dice sentir (que aunque sea falso ella no lo sabe).
Aunque nos venden a una protagonista extrovertida que se cree a sí misma la más bella de Corea del Sur y la más talentosa, al final evidencian que la inseguridad es su mayor debilidad.
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Kyu Won – Heartstrings
Esta protagonista fue la primera en hacer que la expresión “¡¿Lo dejarás pasar así de fácil?!” saliera de mi boca.
Lee Shin siendo un chico popular, enamorado de una docente de su universidad, con aquella personalidad frívola que representa al 80% de los protagónicos surcoreanos, fue un personaje que me hizo dudar realmente de su amor por la protagonista. No solo la trataba mal, él no tenía nada para que ella se enamorara de la forma en que lo hizo, no lo justifico. Mucho menos para que llegara al punto de moverse al ritmo de él y que de una u otra forma, todo fuera para complacerlo.
El patrón se repite una vez más, la chica pide a gritos ser querida por el chico pero este la rechaza tanto como sea posible, cuando la chica decide poner punto final a la situación y darse su lugar, el hombre cambia de opinión y decide recibirla en su vida y ella no se lo piensa mucho y le sigue.
¿En serio?
No solo llegas a sentirte ofendida de verla moverse cerca de él esperando que en algún momento Shin la vea y se enamore, sino que cuando por fin sientes que empieza a reivindicarse para dejarle claro a él cómo son las cosas, te derrumbas, porque ella no hace ni de cerca lo que alguien en su sano juicio haría.
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Ran – Beloved
Un personaje diferente al resto pero no del todo. Ran se enamora de un hombre casado y la forma en que su subconsciente la lleva atraparlo es generando lastima. Sí, se convierte en la chica sufrida, solitaria y dependiente de un hombre confundido pero que ama a su esposa.
Cada capítulo consigue llenarte de estrés, porque al ver que su personaje muestra tener todo un futuro por delante ella solo se estanca y se deprime por un hombre que no puede quererla solo a ella. Lo presiona e involucra a la esposa del protagonista con el fin de hacerse escuchar, pero todo se resume a: patético.
Un personaje en el que nunca puedes ver el amor propio, vive por otra persona y para que esa persona esté con ella. No sabe cuándo detenerse y en medio de su juego lastimero arrastra a un hombre que al final solo siente lastima por ella.
Ciertamente los dramas son ficción y todos deberían entenderlo, pero ¿realmente es así? Cuando estas acciones obsesivas son transmitidas por papeles segundarios o antagónicos es de cierta forma comprensible, porque la audiencia suele fijar su atención en los protagonistas y aquello que hace un tercero y afecta la historia se reprocha y no es visto como un ejemplo a seguir. Pero en el momento que te venden una historia sufrida en el amor romántico, llevan a confundir a la audiencia hasta el punto de creer que hacer ese tipo de cosas son correctas, ¿por qué no, si al final el chico se enamora de ella? No se hace hincapié en lo desgastante y en lo que degrada la dignidad. Los dramas en muchas ocasiones muestran a sus heroínas como mujeres a prueba de humillaciones, dependientes del protagonista y con una clara falta de amor propio, haciendo que al final del día estas acciones sean aplaudidas y se encuentren atractivas después de todo.
Leidy Bottía
hanadultalk@gmail.com
1 comentario en “¡No quiero ser la prota de un drama coreano!”