Hasta hace poco en Corea del Sur solía utilizarse de forma institucionalizada el término “Danil Minjok” para referirse a la “raza pura” coreana; y aunque podemos remontar el origen de este patriotismo a muchos años atrás (al nacimiento coreano) fue con la ocupación japonesa que el nacionalismo de sangre y tierra resurgió, considerándose renovado y mucho más controversial.
Los seguidores de esta cultura conocemos muy bien su patriotismo, así que esto del denominado nacionalismo étnico no es una sorpresa. El experto en estudios asiáticos Steve Denney dijo a la BBC que Corea ha mantenido su yo distintivo y racialmente ‘puro’ al rechazar a los invasores, evitando así la disgregación de su linaje sanguíneo con extranjeros. Lo que conlleva a que Corea sea y siga siendo un país étnicamente homogéneo y que esta idea de raza es en gran medida comparable con otras concepciones de pureza étnica y nacionalismos étnicos de todo el mundo.
En pleno siglo XXI, siguen siendo muchas las familias coreanas que no conciben que su descendencia corrompa el linaje sanguíneo y la pureza de la raza coreana, procreando con no coreanos. Y aunque hace unos años el tema de la pureza de la raza solía enseñarse en las escuelas con el fin de justificar la unidad nacional, el término Danil Minjok dejó de utilizarse a raíz de una convención de la ONU en el 2007 para eliminar el racismo argumentando que el énfasis puesto en la homogeneidad étnica de Corea podía representar un obstáculo para la promoción del entendimiento de la tolerancia y la amistad entre los diferentes grupos étnicos y nacionales que viven en su territorio.
Sin embargo, esto no quiere decir que los problemas de racismo que se desencadenan de la necesidad de mantener y fortalecer su raza, hayan terminado. En 2009 se conoció de un polémico caso llevado al tribunal en el que un hombre exigía la protección de sus derechos al sentirlos vulnerados por un surcoreano a causa de la discriminación, así como en 2017 fue conocida la historia del bar que se reservaba el derecho de admisión a ciudadanos de ciertos países, y le prohibió la entrada a un indio alegando el derecho que tenía de reservarse la admisión.
Owen Miller, quien tiene un doctorado en estudios del Este Asiático, manifestó que estas cosas ocurren por dos razones. Primero, debido al legado del régimen autoritario que hubo en Corea del Sur hasta finales de los 80 y que usaba ese tipo de discurso. Y dos, que hasta los 90 no había muchos extranjeros. Es a partir de entonces que el país tiene que decidir si definirse como una sociedad de raza pura o multicultural. Y hasta hace unos años Corea del Sur optó por el multiculturalismo pero con énfasis en el “Damunhwa”, el cual es un término que aplica para referirse al matrimonio de coreanos con extranjeros.
Hasta 2007 los descendientes de uniones entre coreanos y extranjeros eran denominados “sangre mixta”, y aunque al día de hoy el término dejó de emplearse, el común denominador de la sociedad coreana prefiere la estabilidad de su linaje y pureza. Y aunque muchos creerían que este pensamiento solo radica en la sociedad adulta, en realidad el sector joven lo comparte. No obstante, esto no quiere decir que las uniones con extranjeros no sean comunes, y después de todo aumentan con los años.
Leydi Botía Martínez
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