Cuando vi este tema en la universidad, el punto de vista estaba muy sesgado entre mis compañeros, por un lado estaba su vena religiosa y por el otro el derecho a los pacientes a dejar de sufrir. En medicina hemos honestamente olvidado que el morir bien es más importante que no morir y aunque las leyes sobre eutanasia en Latinoamérica no se han actualizado mucho ante esto, en Corea del Sur es uno de los tabúes más aceptados.
La ley sobre la muerte digna fue planteada en Corea hace poco, en el 2016, y sorprendentemente tuvo una acogida inmediata en la población. El país asiático rodeado de estigmatización y opiniones prejuiciosas, fue aceptado como ley y empezó a finales de Enero del año pasado, luego de estar en un periodo de prueba desde el mes de octubre donde alrededor de 3000 personas mayores de 19 años llenaron solicitudes para ser acogidos en esta ley, que a pesar que se escucha como otro avance en lo referente a la muerte digna, como fue por primera vez en los Países Bajos en el 2002, realmente la ley no es tan acogedora.
Los requisitos para poder aplicar a la “muerte digna”, la cual realmente no se puede llamar eutanasia ya que no es una muerte asistida per se, sino que le da poder al previamente diagnosticado (mínimo por dos doctores) con enfermedad terminal, rechazar 4 maneras de prolongación vitalicia, como es la reanimación cardiopulmonar (RCP), la hemodiálisis, el uso de respiradores artificiales y el uso de drogas anti-cancerígenas.
Al contrario de lo que se quiere en muchos países, como los de América Latina, Corea del Sur no hace más que permitirle el derecho a las personas de no ser reanimadas por voluntad de ellas mismas, algo que en América ha sido bien conocido y que en la práctica médica no necesita de permiso del gobierno para poder llevar una especie de insignia donde se lea “no reanimable/no reanimar”, la cual es tristemente recurrente en pacientes terminales quienes deben esperar a morir en una cama mientras se le aplican medicinas coadyuvantes al dolor crónico.
Aunque el gobierno de Corea del Sur aclaró que por dar permiso a sus ciudadanos de morir, no significa que no le vayan a prestar servicios de medicina paliativa a patologías que tiene una incidencia del 24% en el país o, paños de agua tibia si hemos tenido familiares en situaciones donde preferirías a que dejara de sufrir antes de vivir de una manera tan precaria.
En Colombia, la ley permitía la eutanasia desde hace más de 20 años, pero apenas entró a regir en el 2015 para adultos y hace un año fue reglamentada para adolescentes y niños con enfermedades terminales desde los 12 años. Aunque en 1997 se dictó que así como nuestra constitución nos dice que tenemos el derecho fundamental de vivir dignamente, eso también implica morir de la misma manera, actualmente el proceso de autorización de este procedimiento en el país acarrea años de lucha contra el sistema de salud nacional, por lo cual sólo alrededor de 50 personas han podido acudir a este. La objeción de conciencia del personal de salud encargado de este procedimiento es muchas veces el culpable del retraso y la poca información que se da a los pacientes sobre esta opción, los cuales conforman 4.5 millones de usuarios en el sistema.
Heidi Morales Toro
hanadultalk@gmail.com