Historia, Política

Comfort Women: una historia que parece olvidarse

A lo largo de la historia la humanidad ha ido acumulando deudas. Los libros están llenos de sucesos históricos que han llegado a horrorizarnos y que como seres civilizados esperamos que nunca vuelvan a ocurrir. Nos preguntamos cómo pudieron suceder, qué pensaban las personas que participaron en estos y llegamos incluso a cuestionar su humanidad. Ya sea el holocausto, el 9/11 y las guerras mundiales; sucesos históricos que conocemos y repudiamos. Pero hay otros, como el que estoy a punto de contarles, que no han contado con tanta suerte.

Durante la segunda guerra mundial, la humanidad se enfrentó a una de sus mayores crisis. La guerra desoló países enteros y dejó millones de víctimas alrededor del globo. Entre esas, unas cuantas miles de mujeres que al día de hoy no han tenido el reconocimiento que merecen de un mundo que les debe y quitó todo: Las Comfort Woman o Mujeres de Consuelo.

Es muy difícil relatar todo lo que rodea el tema de las Comfort Women, uno sobre el que he estado bastante interesada desde que empecé mis esporádicas investigaciones sobre Corea más allá de un país que produce artistas. También, debido a que hasta el día de hoy aún se investiga sobre el acontecimiento, mucha información varía. Si le preguntas a un coreano sobre el tema quizá te explique por qué son tan importantes los plantones que realizan, las victimas que aún viven, cada miércoles frente a la embajada japonesa desde 1992. Si le preguntas a un japonés probablemente te encuentres con uno de los que piensa que toda la historia es un invento.

Hoy quiero que conozcan un poco del tema principalmente para evitar caer en la trampa de (como muchos seguidores de la Ola Coreana hacen) minimizar las situaciones que rodean la tensión Corea-Japón, y más importante, que entendamos la historia para que nunca vuelva a repetirse. Recordemos que Corea se convirtió en una colonia japonesa desde 1910 hasta el final de la segunda guerra mundial en 1945. La cultura coreana casi fue borrada de la historia pues los nacionales fueron obligados a adoptar las costumbres japonesas y su cultura, incluyendo el idioma y forma de vestir.

Cuando el imperio Japonés empezó a expandirse por Asia sus soldados no solo llegaron a los territorios a invadirlos en nombre del emperador, también cometieron crímenes atroces, entre esos, violaciones masivas. Debido a la mala imagen de Japón que llegaba a la prensa internacional el gobierno nipón decidió crear las llamadas “Comfort Stations” o Estaciones de Consuelo en varios territorios a lo largo del continente asiático que el ejército invadía. Lugares en los que las mujeres proveían a los soldados imperiales japoneses con servicios sexuales. Servicios que fueron obligadas a proveer.

A estas mujeres se les llamó ianfu (慰安婦) que se traduce como Comfort Woman o Mujer de Consuelo en español. Ellas provenían de diferentes territorios ocupados por Japón durante la guerra, principalmente China,  Corea y Filipinas. Generalmente tenían entre 14 y 20 años de edad. Más de 60 años después de que terminó la guerra, aún no se tiene una cifra exacta de cuantas mujeres fueron forzadas a ser esclavas sexuales del ejército japonés pero algunos historiadores estiman que cerca de 410 mil jóvenes llegaron a vivir en las Comfort Stations como lo hace Hua Lu Huang en su libro “Las niñas y mujeres desaparecidas de China, Hong Kong y Taiwán: un estudio sociológico sobre el infanticidio, la prostitución forzada, el encarcelamiento político, «novias fantasmas» fugitivos y despojos, 1900-2000“.

 

 

 

Las mujeres eran llevadas desde su lugar de origen a estas estaciones. Eran secuestradas o llevadas con promesas de un trabajo o mejor educación. La mayoría de los testimonios que he leído son de mujeres que fueron secuestradas. Los soldados aparecían en los poblados y tomaban a las jóvenes que encontraban o incluso obligaban a sus familias a entregarlas. Una de las víctimas que aún vive, Lee Ok Seon cuenta como estaba haciendo mandados para su familia cuando un grupo de soldados la atacó y se la llevaron en un vehículo; apenas tenía 14 años.

Las estaciones de Comfort eran manejadas por propietarios civiles. Sin embargo, los militares controlaban muy de cerca todo lo que sucedía. Desde la seguridad hasta los horarios de trabajo. Incluso las enfermedades de transmisión sexual eran atendidas por médicos militares y los edificios en los que funcionaban eran construidos por militares.

Muchos testimonios narran como las mujeres debían atender a una gran cantidad de soldados a diario y vivían en condiciones infrahumanas. Además del abuso sexual fueron golpeadas y no se les proveía con condiciones básicas de sanidad. El aborto, la infertilidad y las enfermedades de transmisión sexual fueron unas de las secuelas que los horrores cometidos por el ejército japonés dejaron en estas mujeres. El 90% de estas mujeres no sobrevivió a la guerra.

Después de la guerra, las mujeres sobrevivientes no fueron reconocidas. Muchas regresaron a sus familias, otras murieron tiempo después debido a las enfermedades y secuelas físicas. El museo digital dedicado a The Comfort Women Issue and Asia Women’s Fund explica que en 1987, cuando Corea se proclamaba oficialmente una democracia Yun Chung Ok, un activista, publicó un artículo en el periódico Hankyoreh en enero de 1990. Es a partir de este año que el mundo empieza a juntar las piezas de uno de los crímenes de guerra más atroces. Mientras el gobierno coreano expresaba su falta de compromiso en investigar el asunto, en Octubre de ese año, 37 Organizaciones de mujeres en Corea presentaron un reclamo oficial al gobierno japonés en el que pedían el reconocimiento de que las Comfort Women fueron forzadas, una disculpa pública además de investigar por completo la situación y reparar a las víctimas. En 1991, Kim Hak Sun decidió romper el silencio y hablar públicamente de lo sucedido siendo la única demandante en usar su nombre en la demanda colectiva presentada para reparar a las víctimas. En Enero de 1992 empezaron a aparecer documentos que vinculaban al ejército japonés. Esto dio pie a que el gobierno japonés empezara investigaciones que revelaron más de 100 documentos en los que se involucraba la Agencia de defensa y el ministerio de relaciones internacionales. Además, se empezó a investigar fuera del país por lo que se encontró material relacionado con las estaciones de Comfort en diferentes territorios. Incluso se entrevistó a 16 mujeres coreanas. Después de dicha investigación el gobierno japonés reveló un comunicado en el que reconocían la existencia de estas estaciones y se disculparon. Sin embargo, en algunos de los discursos se cuestionaba si estas mujeres habían sido obligadas o no a hacer parte de estas estaciones.

Durante las siguientes décadas el gobierno japonés no ha resarcido a las víctimas por completo. Sus intentos han sido fuertemente cuestionados especialmente cuando han realizado comunicados que ponen en tela de juicio los testimonios de las víctimas y siempre evitando alguna responsabilidad legal. En Japón, el gobierno se ha encargado de que este hecho permanezca fuera de sus libros de historia y han plantado en sus ciudadanos la idea de que las Comfort Women eran prostitutas que recibían dinero por sus servicios aun cuando el gobierno coreano ha presentado muchas evidencias sobre el hecho y la Comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas también.

Es 2019 y una de las últimas sobrevivientes acaba de morir. Kim Bok-Dong a la edad de 92 años. Ella fue una de las primeras mujeres en revelar lo sucedido en las Estaciones de Comfort en 1993. Lo hizo en la conferencia mundial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Una de las activistas más reconocidas quién falleció esperando una reparación real del gobierno japonés. Su memorial se llevó a cabo el pasado 30 de Enero en el plantón semanal que han realizado las victimas cada miércoles frente a la embajada japonesa en Corea por más de 30 años.

Como Kim Bok-Dong aún quedan sobrevivientes que esperan que el gobierno japonés reconozca correctamente lo sucedido. Y la esperanza de que reciban una disculpa apropiada parece acabarse cada vez más. Sé que en tan pocas páginas no puedo abarcar todo lo que tenemos que saber sobre las Comfort Women pero mi intención es que, aunque sea poco, aprendamos la importancia de conocer sobre este hecho. Tenerlo presente y reconocerlo es lo mínimo que podemos retribuirle a las víctimas.

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Yonhap / EPA

Recomendaciones para comprender más el tema:

VIDEO: Reporte de Asian Boss – Life As A “Comfort Woman”: Story of Kim Bok-Dong. (incluye subtitulos al español)

PELÍCULA: Spirits’ Homecoming. (2016) Dirigida por Cho Jung Rae. (subtitulada al español.)

Vanessa Periñan

hanadultalk@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

Yonhap / EPA

Recomendaciones para comprender más el tema:

VIDEO: Reporte de Asian Boss – Life As A “Comfort Woman”: Story of Kim Bok-Dong. (incluye subtitulos al español)

PELÍCULA: Spirits’ Homecoming. (2016) Dirigida por Cho Jung Rae. (subtitulada al español.)

 

Vanessa Periñan.

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1 comentario en “Comfort Women: una historia que parece olvidarse”

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