Uno de los personajes que más solemos odiar en los K-Dramas son las suegras, en especial las madres de nuestros amados príncipes azules, estas mujeres que son de la élite, con poder y mucho dinero suelen ser quisquillosas, manipuladoras y arrogantes; su objetivo es no permitir que la protagonista (por lo general pobre) sea feliz con sus amados hijos y eso nos hace naturalmente detestarlas.
Pero hoy me atreveré un poco a hacer de abogado del diablo porque en muchas ocasiones juzgamos el comportamiento de estas mujeres desde nuestra cultura occidental, sin tener en cuenta que oriente es un mundo aparte, con filosofías de pensamientos, tradiciones y una cosmovisión diferente a la nuestra (mucho más si somos latinos) con esto no digo que sus actos sean justificados; sino que tienen una razón de ser avalada por la cultura.
Es bien sabido que el pensamiento oriental responde al principio de la colectividad sobre la individualidad, en donde los intereses comunes deben ser superpuestos a los intereses personales. Mientras que en occidente somos enseñados a perseguir nuestros sueños, a buscar nuestra felicidad y el cumplimiento de nuestras metas, lo que nos hace inconscientemente anteponer nuestros deseos al de los demás: sean nuestros amigos, trabajo o incluso nuestros padres.
Con esta diferencia en mente analicemos la tendencia de las suegras a oponerse a las relaciones amorosas de los protagonistas: estas suelen ser entre clases sociales diferentes y no representan un beneficio para el conglomerado que los CEO´s representan, por tal razón las matriarcas de la familia se oponen drásticamente e intentaran meterle por los ojos al muchacho a una mejor candidata, una más calificada.
En el pensamiento de estos personajes la felicidad de una persona no debería estar por encima de los intereses del grupo económico que representa; recordemos que los matrimonios en este contexto suelen ser utilizados para aumentar el poder a través de la asociación, aunque en televisión exageran un poco la cuestión para darle más dramatismo a la trama.
Otro comportamiento que vemos recurrentemente y solemos odiar es el “abuso” de las nueras al hacerlas trabajar extra en cuestiones del hogar: ceremonias, cenas familiares, atención de los suegros etc. Esto fundamentado bajo el canon de respeto a los mayores y la honra a estos lo que es un pilar muy importante de la sociedad oriental. Recordemos también que la mujer cuando se casa deja de pertenecer al árbol familiar de su padre y es acogida por el de su esposo, incluso su apellido cambia.
A esto sumemos el hecho de que a los ojos de la madre la nuera nunca estará a la altura de lo que merecen sus amados hijos. Esto tiene que ver con la posición cultural que la mujer ha tenido históricamente en oriente y es que si nosotras nos sentimos desvalorizadas y cosificadas estas mujeres vendrían siendo prácticamente esclavas. Aunque hay muchas más situaciones dejemos la cuestión ahí porque si no las aburro; pero vuelvo y repito, no estoy justificando, solo estamos tratando de entender un poco la situación y ver que muchos comportamientos en los dramas están motivados por cuestiones culturales.
Laura Acosta
hanadultalk@gmail.com