Hace algunos días Hana Dul Talk escribió acerca del caso de Ella Gross y el comercial de Baskin & Robbins, que fue criticado por algunos cibernautas por sexualizar la imagen de Ella, una niña de 11 años. Lo grave en realidad es que realmente los pedófilos hicieran su aparición dejando comentarios obscenos sobre una niña. Esto me llevó a pensar en algo que desde que conocí el K-Pop me ha intrigado, y es sobre la infantilización de la imagen femenina y sus implicaciones en la pedofilia.
Esto no es nada nuevo, viene desde hace décadas con la onda “lolita”, los que han visto esa película entenderán. Sin embargo, en mi opinión, Asia explota muy bien este concepto. No tiene nada de malo querer parecer inocente para resultar atractiva, no tiene nada de malo querer ser sexy siendo tierna, de verdad que no, el problema es, cómo la mente del pedófilo reacciona a esto, y es quizás lo que nos debería preocupar.
La publicidad busca comunicar a través de todo lo que ves en ella. La sensualidad, así como otras cualidades, es algo que se transmite mediante la ropa, las palabras, olores y el movimiento corporal. En la televisión, se transmite de igual forma pero apunta a los ojos y oídos. De esta manera, los ángulos de cámara, los planos abiertos o cerrados, iluminación, indumentaria, entre otros contribuyen a que se puedan percibir sensaciones.
En este punto quiero aclarar que ya no hablaremos de Ella Gross, sino de los idols del K-Pop, especialmente las mujeres.
Según mi criterio, al infantilizar a una mujer mayor se pone en riesgo la integridad de las niñas, ya que ellas son quienes llevan naturalmente esas características. Y sé que muchos van a pensar en que pueden hacer con su cuerpo lo que quieran, y es verdad, sólo creo necesario reflexionar sobre este tema.
En Reino Unido, la marca American Apparel tuvo que retirar una publicidad en la que una modelo de apariencia infantil (aunque era mayor de edad) mostraba un body-tanga en el catálogo online de la marca. El argumento utilizado para prohibir la imagen ha sido “los valores simbólicos que se transmiten e interpretan quienes reciben el mensaje”: las poses de la modelo “llevan a una excesiva sexualización de alguien no adulto”.
Mi mayor punto de referencia en Corea del Sur, son los grupos femeninos que manejan el concepto dulce o inocente como SNSD, G-FRIEND, AOA, Crayon Pop, Cosmic Girls, entre otros. Estos grupos presentan a una mujer adulta, vestida de colores pasteles, vestidos con cortes infantiles pero adaptados a sus cuerpos para quedar más ajustados y cortos, sus cabellos también están perfectamente peinados como una niña arreglada por su mamá para ir una fiesta, maquillaje sencillo, piel con aspecto perfecto y muy delgadas. Esto en conjunto se vería así:
Quizás quienes han impuesto estas tendencias no lo hayan pensado con el fin de que las menores de edad sean víctimas de pedófilos, pero de verdad, seamos honestos, sí es posible que tenga efecto en ellos e incluso incentiva la explotación sexual de menores.
Explotación sexual de menores
Según la organización humanium, Corea del Sur es fuente, paso y destino del comercio sexual, particularmente el de mujeres y niñas. Niñas chinas pasan por Corea del Sur antes de ser enviadas a Estados Unidos, donde se convertirán en víctimas de explotación sexual. Mujeres de Rusia, Uzbekistán, China y Filipinas, Tailandia y otros países del sur de Asia son explotadas económica y sexualmente. Son atraídas a Corea del Sur con falsas promesas de trabajo y una vez que están ahí encuentran que han sido prometidas a hombres surcoreanos o que el trabajo en cuestión está relacionado con el turismo sexual.
En el mes de febrero de este año, la justicia colombiana, desmanteló una red de trata de personas que reclutaba mujeres en Colombia para su explotación sexual en Corea del Sur y estaba dirigida por un ciudadano ecuato-surcoreano. Pero el caso más grave y que nos atañe aquí es que una situación similar se presentó en junio de este mismo año, cuando descubrieron a un hombre coreano en un lujoso hotel, donde lo esperaban dos mujeres que según Noticias Caracol, eran menores de edad. Allí, el coreano ingresó a una habitación con las adolescentes, a las que según el oficial les pagó entre “30 y 40 dólares”.
No quiero decir que esta tendencia lolita sea la única culpable de violaciones, casos de explotación sexual de menores, pero sí que puede ser una de las tantas cosas que incita a ello. Esto es una reflexión personal, un tema además poco explorado por la psicología y si alguien de esta profesión lee este artículo, sería maravilloso si nos ayuda a complementar.
Yola.O
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