Hoy les voy a contar cómo el hecho de que Doh Kyung-soo, el idol que sigo desde que entré al K-pop y de hecho la razón por la que me adentré al género, decidiera enlistarse el primero de julio de este año hizo que tomara, probablemente, una de las mejores decisiones en mi vida de fan.
Llevo más de 6 años en esto del K-pop, conociendo el género desde mucho antes, pero sólo me volví fanática luego de conocer a EXO, el grupo que al final dedique la mayoría de estos años y a los cuales sueño con ver en vivo desde que los conocí, algo un poco difícil cuando tu país no es considerado ni en sueños por las grandes empresas. Así que, ya sabía que debía ahorrar para salir de mi país y probablemente tener que cruzar el mundo sólo para ver a mis artistas favoritos y eso hice, ahorré por casi un año la mayor cantidad de dinero que alguna vez hubiera soñado y cumplí la meta que mis amigas y yo teníamos para poder comprar un paquete internacional de SM cuando anunciaran la fecha del tour en Seúl. Todo bien ahí, hasta que Kyung-soo tomó unas vacaciones de seis meses.
Mientras esperaba con ansias las fechas del tour, decidí concentrarme en las actividades musicales individuales del resto de miembros de EXO, las cuales no fueron muchas, y en otro grupo de K-pop, el cual había dejado de seguir en el 2015, pero el cual mi ex novia considera su favorito y por ende me hizo tenerle gran cariño y aprecio desde que tuvieron su gira mundial el año pasado, para la cual hice un artículo y llegué a pensar ir, hasta que me di cuenta que sólo sabía unas cuatro canciones de todas las que cantarían. Este año, después de adentrarme más al grupo y volver a conocer a los miembros luego de tanto tiempo sin saber mucho sobre ellos, me decidí a ir a su concierto en México cuando se revelaron las fechas y mi ex me contó muy triste que no podría ir este año, debido a que su país ya no se encontraba en las fechas.
El proceso de comprar el boleto fue algo difícil, más cuando no vives en el mismo país donde será la boletería y el sitio en línea donde venderán los boletos siempre tiene problemas; aunque muchas fans se quejaron cuando se revelaron las fechas de ventas y los precios de los boletos porque serían a la semana del anuncio, con mis ahorros estaba segura que podría comprar el mejor lugar posible y que todavía me quedaría más del 80% de lo que tenía ahorrado para ir a ver a EXO, en esos momentos tenía cada vez menos esperanzas de que EXO siquiera por algún estadio de Seúl y cada vez se escuchaba menos de Kyung-soo, por lo que esta gira me ayudó a sentirme un poco mejor, sinceramente.
Al comprar los boletos, decidí que no podía ir sola, mi ansiedad no me dejaría disfrutar entre tantas personas extrañas así que decidí sacrificar mi boleto en primera fila para comprar dos y llevar a una amiga que conozco hace casi una década. Aunque ella no escuchaba al grupo desde hace años quiso acompañarme y emprender la aventura conmigo, por lo cual, luego de estar más de una hora intentando comprar los boletos en un sitio el cual se caía cada 5 minutos, pude obtenerlos.
Luego de comprar los tiquetes de avión y apartar mi Airbnb posterior a la carta de Kyung-soo sobre su enlistamiento en el servicio militar obligatorio, escuchar consejos de mis amigos y mi hermano que viajan más solos de lo que yo alguna vez lo he hecho, el tiempo pasó más rápido de lo que esperé y cuando me di cuenta, estaba en un avión, viajando a la Ciudad de México tres días antes del concierto. Camine como loca una ciudad 6 veces más grande que Bogotá, no me alcanzó el tiempo para conocer ni la mitad de las cosas importantes que mis amigas mexicanas nombraban de su lista mental cada vez que íbamos a un nuevo lugar, pero pudimos disfrutar cada lugar que fuimos, comer lo más mexicano que podíamos sin matarme por el picante y aprovechar a ir al mal llamado barrio coreano a almorzar con música de EXO de fondo.
El día del concierto, estaba un poco incrédula, no podía creer que iba a estar por primera vez en un concierto de K-pop viendo a un grupo el cual no era el que había seguido desde que empecé a escuchar el género, pero mientras hacía la fila, veía los estantes llenos de sus cosas, atesoraba mi Light Stick oficial, hacía eco de las fanchants en el estadio aún llenándose en modo de preparación, me di cuenta de que sí, estaba viendo por primera vez un concierto de K-pop y que disfrutaría ver a GOT7 como si fuera el único grupo que jamás hubiera visto alguna vez.
El escenario era inmenso, el verde estaba por todos lados, me sabía el 90% de la lista de canciones de este año y cuando las luces se apagaron puedo decir que fui tan feliz que podría morir en ese momento. Aunque mi favorito del grupo no pudo terminar el concierto (problemas estomacales), no me importó seguir coreando las canciones, saltando mientras tomaba recesos entre algunas canciones cuando sentía que no podía más y seguir gritando lo más fuerte que podía, tan fuerte como todo el estadio (por lo cual los miembros nos mandaron a callar bastantes veces). Los chicos se veían felices, emocionados viendo todos los proyectos que logramos hacer en las 3 horas que duró el concierto y hasta prometieron que volverían con el meñique; mientras sacaba mi meñique derecho mirando al escenario en respuesta, me prometí que volvería a vivir esto otra vez, en Colombia, en México, o Seúl, con ellos o con EXO.
Heidi Morales Toro
hanadultalk@gmail.com