A las 9:15 pm del 12 de agosto de 2019, la policía surcoreana encontró –mientras patrullaba- un torso desnudo, sin cabeza y sin extremidades flotando en el río Han al sur del puente ferroviario de Magok. A las 10:48 de la mañana del 16 de agosto, los policías descubrieron un brazo derecho amputado, a unos 3 kilómetros de donde se había encontrado el torso, lo que permitió la identificación de la víctima haciendo uso de su huella digital. A las 10:45 de la mañana del día siguiente, una cabeza, -que se cree pertenecía al hombre desmembrado-, fue encontrada cerca del puente de Banghwa.
El hecho de reconocer el cuerpo gracias a la huella digital, facilitó un poco las cosas, ya que un hombre que trabajaba como administrador de un motel, se entregó en la comisaria de familia de Jongno, y confesó que a sus 39 años, es el responsable del homicidio que tenía consternada a la sociedad coreana.
La ley actual coreana sobre crímenes violentos permite la divulgación de la información personal de un sospechoso criminal, incluido el nombre y la cara, en el caso de crímenes particularmente viciosos con graves consecuencias, a fin de garantizar el derecho del público a saber y prevenir un delito repetido. Esta ley entró en vigencia en 2010, después que los coreanos la demandaran con urgencia, luego que fue atrapado el asesino en serie Kang Ho Sun, quien asesinó a 10 mujeres, incluida su esposa y su suegra, desde 2005 hasta 2008.
Ahora, aunque parece que la ley es muy permisiva, en realidad aplica en raras ocasiones, ya que en la mayoría de los casos la ley suele proteger la identidad de los presuntos delincuentes. Creo que muchos somos conscientes que suelen decirles el señor K o la señora K, la letra depende de la inicial de su apellido. Y extrañamente no hay reparo en divulgar la imagen de la víctima, pero se protege la del homicida.
Se cree que el sospechoso en el caso del torso desmembrado encontrado en el río Han asesinó a uno de sus huéspedes en el motel el 8 de agosto, luego desmembró y desechó el cuerpo el 12 de agosto. Durante el interrogatorio policial, el sospechoso según los informes, le dijo a la policía que cometió el crimen «por impulso» cuando la víctima «habló con él» y «se negó a pagar la factura del motel de 40,000 won” (aproximadamente unos 35 dólares).
Jang Dae Ho, de 39 años dijo a The Korea Herald mientras se trasladaba a la estación de policía de Goyang para el interrogatorio: “Es un caso en el que un criminal atroz mató a una basura, lo cual significa que un tipo malo mató a un chico malo. No importa cuántas veces lo piense, esa persona merecía morir. Así que no me arrepiento”. Cuando se le preguntó si siente pena por la afligida familia de la víctima, dijo que no siente remordimiento.
La información personal de Jang, su nombre, edad y sexo, fue revelada el miércoles 21 de agosto, tras una decisión de un comité de la Agencia de Policía Provincial de Gyeonggi Bukbu. El comité citó la brutalidad y la gravedad del crimen y la evidencia suficiente de la responsabilidad de Jang, a pesar de que la policía descubrió que las imágenes de circuito cerrado de televisión del motel del día del crimen y los días siguientes habían sido borradas, y está llevando a cabo una investigación forense digital para recuperar los datos.
Al salir de una audiencia de 20 minutos, el sospechoso gritó lo que dijo fueron sus «últimas palabras» para la víctima: «Te mataría en tu próxima vida también si vuelves a hacerlo». Cuando le preguntaron si se arrepentía, él no respondió.
Actualmente el hombre fue puesto bajo arresto y está esperando la culminación del juicio para que se detallen todas las causas del crimen y qué cargos se imputarán en su contra. Hasta el momento no se ha pronunciado la familia de la víctima y se conoce poco sobre la familia del homicida.
Leydi Botía Martínez
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