Aunque muchos no lo creen, hubo un tiempo en que China valoró a sus mujeres igual o incluso más que a la fuerza masculina. Al inicio de la era comunista, la necesidad de la mano de obra era tan grande que las mal llamadas delicadas y suaves manos de las mujeres, aportan al país un gran beneficio económico y podrían considerarse uno de los pilares que alzó a la China actual. Entonces, ¿por qué cinco muchachas de clase media repartiendo panfletos contra la violencia de género, no pueden llegar a ser pilares también?
En el año 2015, la República Comunista de China le prestó atención a un movimiento que se tejía entre redes sociales, escabulléndose entre los millones de habitantes y las plataformas visuales, la voz femenina estaba tomando fuerza y dándose a conocer, dejando denotar su entrelazo con las inconformidades sociales y la visión hacia el socialismo de muchos, mujeres jóvenes alzaban sus voces entre conversaciones anónimas en QQ y Weibo. Y en uno de esos chats, es donde sale la idea que en marzo de ese mismo año le daría la vuelta al mundo.
Cinco mujeres que se consideraban activistas feministas, caminaron por las estaciones de Beijing, entregando panfletos sobre la violencia contra la mujer, invitando a una marcha el 8 de marzo, Día Mundial de la Mujer y pidiendo que no callaran si eran víctimas y a la policía acciones más oportunas tras las crecientes estadísticas en dicho país las cuales se denotan desde antes del nacimiento, con los abortos programados al saber que el próximo hijo es niña.
En la noche del 6 de Marzo, Li Maizi/Tingting fue detenida por las autoridades y puesta en custodia en un pequeño cuarto de declaraciones en una estación policiaca en Beijing, con una temperatura bajo cero, empezaron las interrogaciones, al igual que en los días próximos para sus cuatro compañeras activistas, y las cuales duraron por más de un mes, mientras el presidente Xi Jinping tomaba la palabra sobre las acciones que estaba tomando China en contra a la violencia contra la mujer el 8 de Marzo.
Treinta y siete días después de protestas alrededor del mundo a favor de la liberación de las cinco chicas, Li Tingting, Wu Rongrong, Zheng Churan, Wei Tingting y Wang Man fueron puestas en libertad y también lo fue así el movimiento feminista en China, con más exposición de lo que se hubiera esperado, hizo que muchas reafirmaron su postura e inconformidad hacia el gobierno, el cual no tiene libertad de prensa, libertad de sindicato, sistema judicial independiente y poseen el sistema de censura y vigilancia de Internet más agresivo del mundo.
Aun cuando parte de las Cinco Feministas ya no viven en China, todavía tienen gran influencia en el movimiento, consideradas parte del surgimiento del movimiento #MeToo en China, la creación de libros sobre el movimiento, como lo es Traicionando al Gran Hermano: El Despertar Feminista en China el cual relata aún más allá el primer gran hecho represivo contra el movimiento en dicho país y espacios en blogs anglosajones pertenecientes a chinos sobre el movimiento, con artículos de las cinco protagonistas donde nos muestras sus puntos de vistas ante la homofobia, el sexismo, el acoso sexual y la discriminación hacia las mujeres que han elegido no seguir el matrimonio.
Heidi Morales Toro
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