A mediados de diciembre del 2020, fue capturada Lao Rongzhi, una mujer de 46 años que huyó de la justicia por 2 décadas, cargando sobre ella el título de ‘asesina en serie’, por asesinar -junto a su pareja, Fa Ziying- a 7 personas, entre ellas a una niña de 3 años.
Todo comenzó en 1993, cuando Lao, con solo 19 años y trabajando como docente, conoció a Fa Ziying de 29 años, quien estaba casado y a la fecha había estado en prisión, acusado de hurto a mano armanda.
Rongzhi renunció a su empleo y empezó su vida criminal junto a Ziying. Sus víctimas eran atraídas a la muerte en clubes nocturnos, y la primera registrada es en 1996. El ‘SOUTH CHINA MORNING POST ‘ dijo que la pareja atrajo al empresario Xiong hasta un apartamento en el que lo obligaron a darle toda su información, incluyendo su dirección de residencia para luego matarlo. Pero no se trataba de darle una muerte rápida, no, la pareja se encargaba de torturar lo suficiente a sus víctimas. En el caso del empresario Xiong, lo cortaron en 108 partes. Luego de asesinarlo, se dirigieron a su residencia donde se encontraba su esposa e hija (de 3 años), las cuales fueron asesinadas por la pareja, antes de robar la casa.
Y así siguieron construyendo una ruta de crímenes, hasta llegar al secuestro. En 1997, secuestraron a dos prostitutas a quienes también se aseguraron de robar antes y después de matarlas. En este caso no pidieron un rescate, lo que deja claro que solo tenían la intención de practicar y matar, porque el despojarlas de sus pertenencias, fue el valor agregado.
Fue en 1999 que se mudaron a Hefei, que secuestraron a un hombre a quien encerraron en un sótano. Aquí pidieron un rescate de 426.000 dólares, y se encargaron de torturar a la víctima en el proceso. Para asegurarse de dejar claro que no estaban jugando, contrataron a un carpintero que se vio obligado a entrar a la casa, para luego matarlo en frente del hombre que tenían secuestrado.
Cuando Fa Ziying se dirigía a cobrar el dinero -julio de 1999-, fue arrestado por la policía. Luego de esto, confesó el homicidio de 7 personas, incluyendo el de la hija del empresario Xiong. Sin embargo, dijo que Lao no tenía nada que ver con los crímenes; y desde entonces ella huyó de la justicia.
Fa fue hallado culpable y posteriormente condenado a muerte (ejecutado en diciembre de 1999), mientras en China se desplegaba la búsqueda de Lao Rongzhi. El caso se volvió mediático y la pareja fue llamada «Los Bonnie y Clyde asiáticos». No obstante, pasaron más de 20 años para dar con el paradero de Lao, ya que esta mujer había cambiado su identidad y se encontraba trabajando en una tienda de relojes -irónicamente esto era una de las cosas que más solía hurtar-, y fue la máquina escaneadora del centro comercial en el que laboraba, que reconoció sus facciones como los de una fugitiva, y en efecto como Lao Rongzhi. Y aunque en un principio negó todo, una prueba de ADN determinó su verdadera identidad, ya que físicamente resultaba difícil, porque la mujer se sometió a cirugías estéticas para cambiar su rostro.
A sus 46 años, Lao compareció a un tribunal de Nanchang en la provincia de Jiangxi, y confesó haber participado de los crímenes, pero que se trataba de una víctima más, ya que cada acción que cometió, la hizo por miedo a que Fa Ziying la matara a ella, ya que según, la amenazaba constantemente y maltrataba físicamente. Pese a ello, el tribunal de Nanchang determinó que ella tuvo toda la voluntad en su participación en los delitos de hurto, secuestro y homicidio. Sobre todo porque era ella quien convencía a las víctimas.
Durante el juicio Lao pidió perdón a las víctimas y sus familiares, pero el Beijing Youth Daily, informó que Zhu Dahong, la esposa de una de las víctimas, dijo que era difícil aceptar tal disculpa, porque el dolor que sufrieron en las últimas dos décadas no se puede borrar con una disculpa.
Actualmente el juicio de Lao Rongzhi se encuentra en proceso, además se han realizado varios aplazamientos, lo que ha postergado su sentencia. Así que tanto los seguidores del caso, como las familias, siguen a la espera de una sentencia que les de la tranquilidad que sus seres queridos obtendrán justicia, que descansarán y que nadie más correrá peligro a mano de sus victimarios.
Leydi Botía
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