Opinión

Cuando tu obsesión por Corea termina en tragedia

Eran las 12 de la media noche, Marcela estaba en su habitación pegada a su celular, actualizaba una y otra vez la app de youtube, su perrito a lo lejos estaba recostado en un pasillo respirando con dificultad.

Desde la mañana el cachorro había estado sangrando por la nariz, la veterinaria había recetado un medicamento que no surtió mucho efecto, vomitó y se recostó, parecía estar tranquilo, pero en realidad estaba iniciando su agonía. Marcela lo inspeccionaba de vez en cuando, creía que mejoraría, pero en realidad la obsesión por esperar el comeback de su grupo favorito de k-pop la tenía tan distraída que no pudo percibir que su cachorro tenía las horas contadas. Mientras ella veía por fin el video del regreso de sus ídolos, su perro lloró, su padre saltó de la cama al escucharlo, unos segundos después se escuchó un sollozo, el cachorro había muerto.

La chica de esta historia es una persona real, a la que hoy le pesa la idea de no haber atendido a su mascota por estar pendiente al video nuevo de su grupo favorito de k-pop. La intención de este artículo no es decirte que debas abandonar el k-pop o los k-dramas, sino una señal de alerta para que examines cuán lejos podría llevarte una obsesión por estos contenidos.

En diferentes entrevistas que realicé dentro de la comunidad hallyu, destacan las siguientes situaciones:

  • Abandono de amistades antiguas al k-pop o k-dramas
  • No compartir tiempo en familia
  • Desarrollo de trastornos del sueño (insomnio, SSI síndrome del sueño insuficiente) es decir no duerme lo suficiente (alrededor de 8 hrs)
  • Agotamiento  físico debido a la falta de sueño (bajo rendimiento laboral, escolar o académico) 
  • Idealización (búsqueda de  relaciones afectivas basadas en el prototipo asiático)
  • Baja autoestima
  • Falta de identidad
  • Abandono de otros hobbies o actividades físicas
  • Rupturas amorosas

¿Te sientes identificado con alguna de ellas? Yo sí, en algunas. Sobre todo al no compartir tiempo con la familia. Nuestras familias son las que más sufren cuando centramos demasiado nuestra atención en algo, en este caso el k-pop y k-dramas. Suele suceder durante los primeros años de entrada al mundo del entretenimiento coreano. ¿Sabías que existe la adicción a las pantallas? “La adicción a las pantallas pasa más desapercibida que otras adicciones como el alcohol o las drogas, pero es igual de peligrosa” explica Lorena Moya, enfermera de la AIDIR.

Quiero contarte hoy, como profesional en Comunicación Audiovisual que todos los contenidos de entretenimiento, como bien dice la palabra son creados para entretener, para que los consumas, para que quieras verlos y Corea del Sur tiene muy claro esto. Pero no me malinterpretes, creo que hay muchísimas cosas que ellos están haciendo bien, pero nosotros no estamos preparados para muchas de ellas y nos dejamos arrastrar por su encanto, terminamos trasnochando por días, meses, nos enamoramos de sus artistas tanto, que los seguimos en todas las redes sociales y esperamos con ansias su próximo live, video o fotografía. Si esto lo supiéramos manejar, estaría todo perfecto, pero nuestro cuerpo es pura química y reacciona a lo que, en teoría, nos “hace sentir mejor”.

Para muchos de nosotros estos contenidos son una escapatoria de nuestra realidad, muchas mujeres hemos pasado por la etapa de soñar con un hombre coreano casi perfecto como el de los dramas, algunas lo superamos, otras apenas están llegando a ella.

María me contó que a raíz de los k-dramas y la forma que le daban a los protagonistas masculinos, la llevó a soñar con tener un esposo coreano y se enfocó tanto en ello que se olvidó de todo lo demás, de sus estudios, trabajo, familia. La relación con sus familiares se tornó insoportable, porque le recriminaban no hacer nada. Buscaba diariamente la forma de conocer hombres de ese país para encontrar uno con quien pudiera establecer una buena relación, pasaba horas enviando mensajes pegada a su celular. Sin embargo, la búsqueda no arrojó resultados y su frustración la hizo regresar en sí. Ahora retomó sus estudios y ha dejado su comportamiento compulsivo por conocer hombres coreanos.

Para nadie es un secreto que la industria del entretenimiento coreano es una máquina de crear ídolos, «La industria de ídolos de Corea tiene 20 años y hay muchas escuelas que hacen cosas similares. Y ahora incluso las universidades están abriendo clases que enseñan a convertirse en ídolos. Esta industria seguirá creciendo», dijo Kim Ye-seul, una aspirante a ídolo, en una entrevista para la BBC.

Los aspirantes a ídolos, no sólo deben educarse sino que deben ganarse la entrada a una empresa, «una vez que entras a la empresa, tienes que demostrar tu valor y tienes que vender. Si eso es lo que exige el público -un cuerpo determinado, cierta cara- lo debes hacer», afirma.

Por muchos años he leído y escuchado que los idols son tan maquinados que incluso les plantean el tipo de personalidad que han de proyectar una vez el público los conozca. Un artículo de la Vanguardia enuncia lo siguiente: “La industria del K-pop entrena a los idols para que sean y se comporten como robots, les asignan una personalidad que tienen que seguir, les dicen cómo tienen que ser físicamente, qué tienen que hacer y qué no…”.

Si quieres conocer un poco más sobre este tema te dejo el testimonio de una ex miembro de Crayon Pop.

Volviendo al tema de las obsesiones, hay algo muy básico que debemos saber. En Corea literalmente se crean “idols” (ídolos en inglés), así se les llama. El vocablo griego eídōlon llegó al latín como idōlum, en nuestro idioma derivó en ídolo. El concepto puede utilizarse para nombrar a la representación de una divinidad a la cual se le rinde culto. Un ídolo, en este sentido, es una imagen venerada. El uso de la palabra  Idols, tiene todo el sentido del mundo. Les hacen fotos, videos, los ves en todo lado, se vuelven imagen de marcas de ropa, maquillaje, perfumes, representan la perfección, los puedes llevar en un llavero, bolso, cojín, ropa, zapatos, mugs, hay imágenes de ellos por todos lados, además te venden su vida manteniéndote informado las 24hrs de sus movimientos, en la mayoría de los casos. Es muy fácil caer en la obsesión con una industria tan bien pensada, organizada y tan increíblemente comunicativa.

Ahora, conozcamos un caso contrario a los que leímos antes: “a mí me empezó a gustar el k-pop y a mis mejores amigas también entonces no perdí nada, a mis padres les gusta todo ese desorden, así que hasta me patrocinaban las reuniones y en cuanto a mi estudio, tampoco lo afectó. Yo sí me considero re fanática, pero siempre supe cómo clasificar mis prioridades. Igual creo que influyó mucho el hecho de que mis padres fueran muy abiertos y no me pusieran problemas con este gusto.” dice María, colega de Hana, Dul, Talk.

¿Y yo? Bueno, en mi caso mi gusto por el k-pop específicamente me llevó a conocer nuevas amigas que aún conservo, mis antiguos amigos aún los conservo. Los que ya no están, no son una consecuencia directa de algo relacionado con Corea. Sin embargo, sí me significó horas pegada a un computador consumiendo decenas de capítulos de dramas, algunos trasnochos en casas de amigas, abandoné parcialmente el taekwondo y me gané uno que otro reclamo por parte de mi mamá por no pasar tiempo fuera de mi habitación. Al igual que María, gracias a que mis padres nunca me dijeron algo en contra de este nuevo hobbie, yo fui capaz de controlarlo a tiempo y de no verlo como mi todo. Conocer la cultura coreana en general me ha generado más beneficios que dificultades.

¿Te sentiste identificado o identificada con alguno de estos casos? ¿Crees que podrías estar experimentando alguna fijación nada saludable con la industria coreana del entretenimiento? Repito, esto no significa que lo que Corea del Sur haga sea malo, sencillamente algunos no estamos preparados para la avalancha de contenidos que ellos producen, estábamos acostumbrados a otras cosas y lamentablemente nos ha tocado vivir un mundo del que a veces quisiéramos escapar y este mundo virtual se vuelve una salida. Pero todo tiene solución, es cuestión de fijar algunos límites o de tomarte un descanso por un tiempo. Retomar tus tiempos con familia, amigos o tu pareja. Quizás nunca nadie te habló de estos peligros, pero ya que los conoces…evítalos o sal corriendo de ellos antes de que las consecuencias dejen heridas muy dolorosas que tardarán tiempo en sanar.

Yola.O

hanadultalk@gmail.com

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