K-Dramas, Opinión

Dos K-dramas que van más allá del amor romántico

Por: Rosa Caribe (@rosacaribe)

Aparte de las comedias románticas promedio que encontramos en las plataformas de streaming, creo que los dramas coreanos son ese otro tipo de producto audiovisual ultra cargados de clichés del romance, que tienen al chico con complejo de Mr. Darcy, rico, arrogante y guapo; junto a la protagonista pobre, sin estudios o familia que la respalde pero con personalidad.

También, están llenos de esos molestos triángulos amorosos o del ya desgastado recurso del primer amor que conocieron en la infancia.

Volviendo al tema, últimamente he encontrado nuevas narrativas en estas historias, bastante interesantes que seguramente quieren llegar a otras audiencias, sobre todo internacionales, con otros intereses; se están acercando más a discusiones actuales y reales, como tener proyecto de vida, el amor propio y la responsabilidad afectiva. 

Estas historias, si bien tienen mucho romance, siento que en cierta forma se cuestionan el mito del amor romántico, pero, ¿qué es eso? La antropóloga feminista Coral Herrera, lo define como “una construcción cultural y social, un mito que se consolidó durante el siglo XIX en nuestra cultura occidental y que se expandió por todo el planeta gracias a la globalización (…) Las mujeres son educadas para amar sin condiciones, en una posición de sumisión, y desde pequeñas invertimos toneladas de tiempo y energía en el amor romántico.”

¿Curioso?, tal vez, por eso quiero hablarte de dos K-dramas que en particular me parecieron joyas poco valoradas, porque sus tramas se acercan más a la realidad humana, con situaciones comunes de la vida afectiva en pareja, discusiones y problemas que podrían pasarnos fácilmente a ti o a mí.

El primero es Lovestruck in the city o Amor en la ciudad, se estrenó el 22 de diciembre de 2020, es un drama protagonizado por Ji Chan Wook como Park Jae Won, y Kim Ji Won como Lee Eun Oh o también Yoon Seon Ah.

La trama va así: Jae Won es un arquitecto atrapado en su trabajo, se va de vacaciones al mar y allí conoce a Yoon Seon Ah, cuyo nombre real es Lee Eun Oh, quien llega a ese lugar buscando un escape a una reciente ruptura amorosa, tanto, que hasta cambia de nombre e identidad convirtiéndose en una mujer de alma libre y aventurera.

Y ¿qué tiene de interesante este drama? Primero, la manera en cómo los protagonistas se conocen y deciden vivir su relación desprendiéndose de sus propios prejuicios, entregándose el uno al otro sin esperar nada a cambio, con intensidad y sin miedo. Eun Oh, vuelve a sus conflictos de identidad, razón por la que decide que su relación con Jae Won no puede seguir, ella se va sin mayores explicaciones (muy mal ahí amiga) sin nada de responsabilidad afectiva, así pasa el tiempo y Jae Won convive con una inmensa culpa y sin entender por qué ella se fue.

Aunque al mismo tiempo, ella entiende que debe poner como prioridad, encontrarse a sí misma, para poder entender lo que realmente desea en su vida.

El segundo es Run-On o El amor es la meta

Este drama me sorprendió mucho, al principio es un poco raro.

Me gustó mucho la forma en la que los protagonistas empiezan a desarrollar sentimientos mutuamente, lo muestran bastante natural. En un principio son solo dos personas que se agradan conociéndose, entendiendo los gustos de la otra persona y sus realidades son completamente distintas, pero es posible notar el lazo de amistad que tejen. 

¿Sus protagonistas? Kim Seon Geom quien es un atleta corredor profesional, famoso, hijo de una familia privilegiada, madre actriz y padre político, es noble y al mismo tiempo tiene dificultad para expresar sus verdaderos sentimientos. 

Por otro lado, Oh Mi Joo, es traductora y trabaja en el mundo del cine, una mujer bastante madura e independiente, se convierte en una especie de detonante a ese mundo de emociones inexplorado de Seon Geom, aún así es un hombre con fortaleza para enfrentar la injusticia y expresar aquello que considera va en contra de sus principios.

Seon Geom crece esperando la aprobación de sus padres; un padre manipulador y abusivo y una madre que está más bien ausente, concentrada en su trabajo. Fue lindo ver que en este drama se hablara de amor propio y autoestima, que para compartir en pareja, se necesita que nosotres sanemos heridas que traemos de la infancia y que la comunicación sea real si exponemos nuestras emociones asertivamente.

En algún momento el feminismo me alejó de ver K-dramas, porque mi premisa era destruir el amor romántico, sin embargo, me estaba perdiendo de historias interesantes, divertidas y que se salen del canon.

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